La historia habla de Combeima, cacique de los Coyaimas y Natagaimas y bautizado posteriormente como Baltazar. El “mercenario” Baltazar, estaba casado con una española que le había dado un hijo; este hecho ofendió al pijao Calarcá quien, para repudiar la afrenta que había cometido el indio Combeima con su mezcla con la europea, decidió raptar al niño, lo sacrificó y retornó al padre Natagaima los huesos roídos del pequeño, tres días después del secuestro. Este acontecimiento determinó el cambio de conducta de Combeima y su posterior alianza con Juan Borja (nombrado hacia 1605 como presidente del Nuevo Reino de Granada) al asesinar a Calarcá con una lanza, Baltazar logró entonces su propia represalia y le facilitó al presidente Juan de Borja su victoria contra la tribu de los pijaos, los cuales se dispersaron al morir su principal caudillo.
Otros relatos del Quindío y el Tolima también relatan que Calarcá concibió una hija llamada Guaicamarintia quien se convirtió en cacica de los pijaos a la muerte de su padre y se casó posteriormente con un cacique quimbaya, quien la llenó de riquezas y aniquiló el carácter belicoso y altivo de los pijaos. Sin embargo, éstos nunca fueron dominados completamente por los españoles. También se cuenta que, al morir Calarcá, su hija ordenó enterrarlo en una sepultura entre las rocas del monte y allí lo dejó con todos sus tesoros.